El Código Técnico de la Edificación (CTE) dice muy claro cómo hay que hacer el estudio del terreno (el geotécnico): lo normal, lo que hay que hacer por defecto, es realizar un sondeo a rotación para sacar una muestra de tierra (lo que llamamos «testigo») de forma continua, sin interrupciones.
Para este trabajo es necesario usar una máquina muy especial, que llamamos sonda geotécnica.
fuente: ROLATEC
La norma (el DB SE-C) pide, por regla general, que los estudios que se hagan sirvan para varias cosas:
- Que se pueda estudiar el terreno a fondo y de forma creíble.
- Que se puedan sacar muestras de buena calidad para analizarlas en el laboratorio.
- Que se llegue a la profundidad que marca la ley.
A veces, se pueden cambiar los sondeos mecánicos (totalmente o en parte) por unos ensayos de penetración (que consisten en clavar una punta en el suelo), pero esto solo vale si la información que se saca para el estudio geotécnico al final es suficiente y es fiable.
Y ojo, solo los sondeos hechos con máquina, a rotación y sacando el testigo continuo (el método por defecto) garantizan que se cumplen estos tres puntos, dé igual cómo sea el terreno.
Se pueden usar otros métodos de sondeo, sí, pero solo si te aseguras de que los resultados son igual de fiables y demuestran la verdad de lo que hay bajo tierra.
Si quieres usar sistemas más baratos o alternativos, como sondeos hechos con barrena (tipo taladro) o que no sacan la muestra completa (testificación discontinua), puedes hacerlo solo para ciertos tipos de terreno (ojo!!! solo suelos que tengan cohesión, no sean duros, y nunca si hay agua), pero tienes que tener muy en cuenta las condiciones y garantías que te pide la normativa, que están en los artículos C.2.5. y C.2.6. del DB SE-C, y siempre haciendo un muestreo cada metro o metro y medio, como poco. Para otros suelos esta metodología no es en absoluto adecuada, y puede dar lugar a errores de interpretación muy graves, con consecuencias fatales para tu estudio geotécnico.
